Daniel Liebeskind nació el 12 de mayo de 1946 en Lódz (Polonia). En 1965 se trasladó a los Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía americana. Estudió Música en Israel y Nueva York. Después de ser músico profesional se pasó a la arquitectura, acabando sus estudios en Cooper Union, en 1970. Su arquitectura utiliza un lenguaje de ángulos sesgados, geometrías que se intersectan, y líneas quebradas para comunicar sensaciones de pérdida, ausencia y memoria.
Como un relámpago zigzagueando junto al antiguo Museo de Berlín, el Museo Judío es uno de los edificios más poderosos y extraordinarios del siglo XX. El vacío expresa la ausencia de los 250.000 judíos que vivían en Berlín al comienzo del Tercer Reich de Hitler; los que pudieron abandonaron la ciudad que amaban, los que se quedaron fueros masacrados.
El museo Judío de Berlín la primera propuesta es que refleja una matriz invisible de relaciones... entre personas, trabajadores, escritores, compositores, científicos y poetas que establece una conexión entre la tradición judía y la cultura alemana.
la segunda propuesta es que tiene todo el poder de la ópera inacabada de Schoenberg, Aarón y Moisés, una obra a la que Libeskind, con formación musical, volvió una y otra vez durante el diseño del museo, no es un memorial al Holocausto.
El tercer aspecto “es la omnipresencia de las personas que fueron deportadas de Berlín”.
El cuarto se refiere a las “sesenta estaciones” de la estrella, descritas en la obra de Walter Benjamín, Einbahnstrasse (Calle de un solo sentido) que sirven como base para las sesenta secciones, a través de la forma en zigzag del edificio.
Es una obra espectacular y ostentosa no solo se puede ver en su fachada metálica sino que relata y guarda dentro de ella, sus detalles te llaman a la reflexión y a la experiencia.
Vista exterior del Museo Judío con el "Jardín del Exilio" delante
Vista exterior de la "Torre del Holocausto".